Triste destino del cuerpo devenido en payaso, en bufón del rey y de la corte.
Amorfisado por la demanda.
Desmontado y desmantelado.
Convertido en puta vieja que sigue una coreografía vacía.
Coreografía ahuecada por estereotipo,
por repetición sin sentido.
Pasados los días de gloria; pasada la destreza;
pasado el latir; pasado el nadar por los flujos de los huecos.
Brazadas sin dirección ni movimiento,
sostén que no sostiene, relleno de polyester.
Este texto fue escrito en el marco del seminario “Coordinación, Cuerpo e Intervención”, 10/2004.